Antes de la Segunda Guerra Mundial, los trajes de doble botonadura eran tan populares como los trajes informales, sobre todo en su forma 6/2 (seis botones en dos filas de tres). Fue el duque de Kent (un dechado de elegancia británica y hermano del duque de Windsor) quien resucitó el traje de doble botonadura con una versión mucho más larga, cuyas solapas se extendían por debajo de la cintura. Un abrigo de doble botonadura en el que sólo se abrocha el último botón. Y por una buena razón: las solapas alargaban la silueta, creando una bella impresión de altura.
Fue realmente al final de la Segunda Guerra Mundial (fecha que marca la aparición del prêt-à-porter de masas, que se impuso en todo el mundo occidental gracias a la difusión masiva de la cultura americana a través de objetos icónicos como los vaqueros, los Marlboro y los chicles, por ejemplo) cuando se favoreció el traje de un solo pecho, porque era mucho más fácil de producir.
La chaqueta actual se inspiró en el atuendo de los carteros de la Inglaterra del siglo XIX. Se utilizaba principalmente para protegerse del frío. La mayoría de los hombres las llevaban en invierno debajo de sus trajes sencillos. En los últimos años, las chaquetas se han llevado de forma irregular, debido a la influencia de la moda de masas, que siempre favorece lo más sencillo de producir (el traje de 2 piezas con 2 botones).
Evidentemente, el último botón del chaleco no debe estar abrochado. Que conste que esto se debe a que un monarca inglés que estaba demasiado gordo para abrochárselo renunció a ello. Toda su corte lo imitó por cortesía.
Hoy en día, se ha convertido en una norma institucional. A decir verdad, lo mismo ocurrió con el segundo botón del traje. Los aristócratas del siglo XIX comían en cantidades astronómicas, tanto que se quitaban el último botón del traje al final de la comida para sentirse mejor. Es una tradición que ha continuado hasta el punto de que hoy en día ya no se lleva ese último botón (por esta razón cultural, pero también por razones estéticas, ya que el traje cae mucho mejor con un botón quitado).
Hoy en día, el traje de 3 botones prácticamente ha desaparecido (incluso tras una breve reaparición en los años 90). Se adaptan menos a la morfología y a las necesidades del caballero moderno (que quiere acceder fácilmente a sus bolsillos, por ejemplo). El traje de 2 botones es, por tanto, la principal prenda del mercado, sea cual sea la gama, y puede encontrarse en la gran mayoría de las colecciones actuales. En cuanto al traje de doble botonadura, quizá sea menos común, pero sigue siendo prerrogativa de los sastres y las casas finas que lo ofrecen. Es un traje imponente y sofisticado que dice mucho de su portador.
Creemos que todo caballero debería tener al menos uno en su armario de negocios. Luego, para aquellos a los que les guste especialmente, es una buena idea tener otro como smoking, que será bienvenido para las ocasiones especiales.