En 2022, nuestra huella de carbono se situó en 448 toneladas de CO₂ equivalente, con un 67% de las emisiones procedentes de las materias primas, principalmente la lana. Esta constatación nos ha llevado a diversificar nuestras fuentes de aprovisionamiento integrando tejidos reciclados y optimizando nuestra producción.
En comparación con el sector del prêt-à-porter, ya somos buenos alumnos, incluso precursores, pero nuestro compromiso no se detiene ahí: seguiremos tomando medidas para hacerlo aún mejor.
Nuestro modelo de fabricación a la carta representa actualmente más del 96% de nuestras ventas , con una gran proporción procedente de nuestros trajes a medida, lo que nos permite alcanzar una tasa de desperdicio muy baja: más del 99% de los artículos se venden a su cliente previsto. En cuanto al 1% restante, reciclamos dos tercios de nuestros productos en colaboración con La Cravate Solidaire, una asociación a la que apoyamos desde hace 10 años.
Cada año, recuperamos los tejidos sobrantes de nuestros talleres y los transformamos en nuevas piezas. En 2024, recuperamos 300 metros de lana, lo que equivale a 110 kg de material reutilizado.
Seguimos esforzándonos para que la confección de trajes sea aún más responsable:
Lanas recicladas: Investigación de soluciones mixtas (virgen + reciclada) para mantener la calidad y la durabilidad.
Upcycling avanzado: Maximización de la reutilización de los tejidos existentes.
Materiales sostenibles: Seguimiento de las innovaciones para incorporar materiales cada vez más ecorresponsables.
Nuestras tiendas también se inscriben en esta dinámica adoptando una carta ecológica:
Nuestras acciones no se detienen en nuestros productos: promovemos una comunicación interna activa para sensibilizar a nuestros equipos y clientes sobre los retos de la moda sostenible. Al compartir nuestros progresos y compromisos, contribuimos a un cambio positivo y duradero.